Virgilio Pérez, Los Centros de Colaboración Pedagógica (1936)

Este libro, donado al CRIEME de Polanco por Manuel Santander Díaz, inspector de Educación destinado en Cádiz, está publicado en una época, todo el periodo republicano, donde a la formación del profesorado en España se le daba mucha importancia. Tras la Guerra Civil, se vivieron largos años de ausencia casi total de posibilidades formativas para maestras y maestros. Solo a partir de la creación del CEDODEP, en 1958, se retomó poco a poco lo que más de veinte años antes había sido práctica muy desarrollada.
Virgilio Pérez, inspector entonces en Santander y redactor del mismo, comienza en su libro volviendo la vista atrás unos diez o doce años, cuando las actividades formativas de los maestros en lugares apartados de los grandes núcleos urbanos tenían “un delicioso sabor romántico”. Lo que se debió en sus inicios a impulsos de particulares, se oficializó en el decreto de 2 de diciembre de 1932, siendo ministro de Instrucción Pública Fernando de los Ríos, que reorganizaba la Inspección profesional de Primera enseñanza. En concreto, en el artículo 14, 9º (en el libro de Virgilio Pérez aparece erróneamente que en el artículo 9º) se indica que a la Junta de Inspectores de cada provincia corresponderá, entre otras tareas, la de “fomentar la creación de Centros de colaboración pedagógica agrupando en ella Maestros de pueblos próximos que se reúnan periódicamente para estudiar aspectos concretos de la vida escolar, hacer lecciones modelo seguidas de crítica, adquirir mancomunadamente el material, promover actos públicos a favor de los intereses de la Escuela, etc.”.
Se incluyen interesantes fotografías realizadas en reuniones de Centros de Colaboración Pedagógica de la provincia de Santander: Santoña, Hoz de Anero, Bárcena de Cicero (reunión celebrada al aire libre y teniendo como fondo el edificio que, afortunadamente, aún se conserva), Arnuero (“Arunero” pone el pie de la foto) y una última también en el de Santoña.
Cosme Virgilio Pérez y Hernández fue inspector de Primera Enseñanza en Santander desde noviembre de 1932. Había nacido en Belvís de la Jara (Toledo) el 27 de septiembre de 1894, obteniendo el título de Maestro Superior. Es nombrado Inspector Jefe de la provincia de Santander el 2 de septiembre de 1937, dentro del conjunto de disposiciones publicadas para sustituir rápidamente a las personas que ostentaban cargos educativos en la provincia tras la toma definitiva de la misma por las tropas franquistas (Boletín Oficial del Estado, Burgos, 5 de septiembre de 1937).
Virgilio Pérez y Hernández, Los Centros de Colaboración Pedagógica. Gerona-Madrid, Dalmáu Carles, Pla (Colección "Biblioteca de Pedagogía Moderna", n.º 2), 1936, 2ª ed.